20080323

Los collares

Haremos aquí una breve descripción de los collares con el único propósito de seguir vistiendo a la Dama. Más adelante, en el capítulo dedicado a las joyas nos extenderemos convenientemente.
Sobre el pecho de la Dama cuelgan tres cordones correspondientes a dos collares. El primero está formado de dos cordones de cuentas de pasta vítrea engarzadas, de los que cuelgan anforillas. El segundo está formado por cuentas lisas y cuelgan de él medallones. Ambos collares penden de sendas hombreras, que debieron estar unidas por la espalda mediante un contrapeso.
El primer collar está compuesto por un doble cordón de cuentas agallonadas de pasta vítrea, siendo el superior de menor longitud y de cuentas más pequeñas. Ambos intercalan discos metálicos o de hueso entre las cuentas.
Del superior pende un colgante central con forma de anforilla que tapa el corte del cuello de la túnica. Del inferior cuelgan seis anforillas de menor tamaño y desplazadas hacia la derecha del busto. La unión y modo de engarce a la hombrera de estos cordones no es visible al quedar ocultos bajo las anforillas de los pendientes. Suponemos que debieron de unirse con una pieza común en sus extremos.
El segundo collar está formado por un cordón de cuentas de pasta vítrea lisas en forma de toneletes, alternadas con discos que suponemos de hueso o metal. En la escultura, se aprecian tres colgantes a modo de medallones.
El central está completo y es de mayor tamaño, mientras que los laterales aparecen cubiertos parcialmente por el manto. Asimismo se aprecia el arranque de un cuarto medallón en el lado derecho, lo que nos hace pensar en la existencia de un quinto medallón en el lado opuesto completando el conjunto del collar. Algunos autores describen estos medallones como bullae o como porta-amuletos.
Las hombreras cumplen un doble cometido. Por una parte el funcional, consistente en soportar los collares manteniéndolos separados, y por otra, el estético, para equilibrar la imagen uniendo la aparatosidad del tocado con el cuerpo de la Dama, que se soluciona sobreelevando los hombros de esta manera tan artificiosa.
Dichas hombreras además de estar unidas por delante a los collares, por la espalda de la Dama estarían igualmente unidas entre sí a unas piezas que actuarían como contrapeso, siguiendo un diseño inspirado en los grandes collares pectorales del próximo oriente.

Estas hombreras no son una aportación gratuita para solucionar el aspecto encorvado de la Dama. Las encontramos en otras esculturas, aunque también ocultas. Sin embargo, tenemos alguna pieza que las muestra perfectamente como una terracota de Agrigento del siglo V a.C.
En ella vemos una figura de pie con una mitra cilíndrica y túnica recta, su pecho es cruzado de izquierda a derecha por dos collares de grandes colgantes y cuentas intermedias, parecidos a los medallones de nuestra Dama. El primero está completo y se engarza a sendas hombreras. El segundo está incompleto, tan sólo quedan los grandes medallones que forman parte del cuerpo de la estatuilla. Las cuentas intermedias y el cordoncito que las ensartaba se han perdido y en las hombreras quedan los agujeritos vacíos.

Francisco Vives. "La Dama de Elche en el año 2000. Análisis, tecnológico y artístico". Ed. Tilde. Valencia.

1 comentario:

Marielle dijo...

Yo simplemente quería agradecerte por crear este blog sobre La dama de Elche--es fantástico.

Estoy escribiendo un ensayo sobre ella para una clase de la historia del arte y tu página me ha ayudado muchísimo.

Entonces...¡gracias!