20100227

El material y la cantera

En primer lugar diremos que la palabra piedra es un término muy ambiguo, aunque en escultura o construcción se utiliza muy frecuentemente. Sin embargo cuando queremos hablar del material del que se compone una escultura deberíamos hablar de roca.
En geología se define mineral como sustancia natural e inorgánica que forma parte de la corteza terrestre, que tiene una composición química perfectamente determinada y que se presenta siempre bajo la misma forma cristalina, mientras que roca se define como conjunto de minerales que han sufrido una génesis común, por lo que suelen aparecer unidos formando diversos tipos de agregados, con propiedades macroscópicas y microscópicas diferenciables atendiendo a su composición.
En el caso que nos ocupa, cualquier persona medianamente entendida en geología podría decir que el material que forma la Dama de Elche es una roca caliza, tan sólo mediante un análisis visual y sin ningún tipo de instrumento. Estas rocas son muy abundantes en todo el mundo, su origen es sedimentario, o sea, son rocas formadas a partir de restos de otras rocas preexistentes que han sido erosionadas y sus fragmentos se han transportado hasta quedar depositados en una cuenca sedimentaria, allí por procesos de precipitación o cementación se convierten de nuevo en una roca. Los movimientos orogénicos de la corteza terrestre desplazarán estos materiales haciéndoles emerger a la superficie. En su composición química el mineral mayoritario es la calcita, compuesto por carbonato cálcico (CaCO3). Pero si queremos ir más allá, tendremos que utilizar instrumentos especiales para el análisis y métodos a veces destructivos. No tenemos noticia de que se hayan llevado a cabo nunca en la Dama (ver final de la entrada).

Sin embargo, en los fragmentos escultóricos que se encontraron en el cuarto pavimento de la calle citada con anterioridad, sí que se estudió su petrología. Lo hicieron investigadores del Instituto de Geología Albert de Lapparent de París, para lo que extrajeron una muestra de uno de los torsos. Se pudo hacer el estudio macroscópico de las facies, es decir, los ambientes sedimentarios en los que se formó la roca, y el análisis microscópico de la misma, precisando que se trataba de una molasa calcáreo-arenosa amarilla que contenía numerosos fragmentos de cuarzo detrítico de pequeño tamaño, con presencia de foraminíferos como Globigerina, moluscos como Flabellipecten fraterculus y tubos del gusano Ditrupa.
Tan solo en el caso de que la Dama de Elche perteneciera al mismo grupo escultórico podríamos intuir unos resultados parecidos, y ni siquiera entonces tendríamos la completa seguridad de estar en lo cierto. El único modo de conocer la petrología microscópica de una pieza es analizar un fragmento de ella.
En la actualidad poseemos técnicas muy sofisticadas para la correcta identificación del tipo de roca como son la difracción de rayos X y la espectroscopía por fluorescencia de rayos X. Sin ánimo de explicar aquí ambas técnicas, tan sólo nos limitaremos a apuntar qué se obtiene en cada uno de ellos y qué se necesita para realizarlas.
Mediante la difracción de rayos X se consigue un diagrama característico de la sustancia, de modo se le puede identificar sin dificultad, determinando que sea caliza, mármol, arenisca, granito, yeso, basalto, etc. Pero quizá lo más importante es que puede informar de los contaminantes que lleva o, mejor dicho, de las impurezas que contiene, lo que permitiría distinguir entre dos rocas calizas muy parecidas a nivel macroscópico. Este análisis requiere reducir a polvo finísimo varios gramos de la roca que se desea analizar. Por lo tanto es una técnica agresiva, pues se ha de extraer un pequeño fragmento de la escultura, aunque este material no se destruye durante el análisis y es susceptible de ser utilizado en otro tipo de ensayos. En el caso de la Dama de Elche se podría extraer una pequeña muestra de la base, que es una zona que permanece oculta, mediante una broca de trepanar.
Con la espectroscopía por fluorescencia de rayos X se consigue determinar la composición química elemental de la roca. Si como hemos dicho, se trata de una caliza, los elementos mayoritarios serán el calcio, el carbono y el oxígeno, pero existirán otros que a modo de impurezas también se encuentran en la roca. Son los elementos traza, generalmente son metales o tierras raras que se encuentran en cantidades ínfimas como hierro, manganeso, estroncio, circonio, bario, cerio, etc., pero que se pueden convertir en verdaderos carnets de identidad para una roca determinada y permiten disociarla de otra roca problema. Se necesita también una pequeña cantidad de polvo, pero comprimido hasta que sea convertido en una pastilla.
Por otra parte no sabemos hasta qué punto son necesarios este tipo de análisis tan sofisticados y caros en la Dama de Elche. Quizá nos baste decir que se trata de roca caliza sin más. A no ser que se comprometa su filiación o localización espacial dentro del territorio, cosa que parece no ocurre con esta pieza.

Todo el conjunto de esculturas ibéricas aparecidas en La Alcudia parece ser del mismo tipo de roca, y se apunta que todas ellas provienen de canteras locales, pues no se encuentran fragmentos de rocas extrañas a la zona.
En el estudio citado anteriormente del Instituto de Geología Albert de Lapparent de París se concluye que tanto la microfacies como la fauna permitieron afirmar que la muestra procedía de las molasas del Tortoniense superior que afloran al NE de Elche bajo las margas del Mioceno terminal.
Se piensa que las canteras locales eran abastecedoras de los yacimientos ibéricos de la comarca y que se encuentran situadas junto al camino de Castilla, también llamado de Elche a Monforte, que comunica directamente varios yacimientos: la ciudad ibérica existente en La Alcudia con el Parque de Elche y el Arenero del Vinalopó en Monforte.
Hacia el Norte, desde la actual ciudad de Elche, encontramos las Sierras del Búho, Animeta y de Ferriol. El pico más alto de ésta última es el Tabayal de 403 m que se constituye en límite entre los términos de Elche y Monforte. Al Este de estas sierras –al noroeste de la ciudad– se encuentran las Sierras de la Losa y Peligros. Junto a ellas se descubren varias explotaciones de cantería abandonadas o agotadas, que posiblemente fueron las suministradoras de la piedra para el esculpido de la Dama de Elche.

Francisco Vives. "La Dama de Elche en el año 2000. Análisis, tecnológico y artístico". Ed. Tilde. Valencia.

Salvador Rovira Llorens, conservador jefe del Museo Arqueológico Nacional, en una conferencia realizada en noviembre de 2006 el Elche, anuncia que en los últimos análisis realizados el tipo de caliza es de la denominada packstone según la clasificación de Dunhan, que alude a rocas carbonatadas constituidas por granos carbonáticos y matriz de micrita. Los granos están en contacto unos con otros y constituyen entre el 50 y 90% del total de la roca.

En 2007 en la revista de arqueometría ArquéoSciences (pp. 59-78) se publica un estudio sobre las canteras de procedencia de la roca para las esculturas de la Alcudia: "L’environnement du site ibérique de La Alcudia et les carrières antiques de la Dame d’Elche (Province d’Alicante, Espagne)" por Cyril Gagnaison, Christian Montenat, Pascal Barrier y Pierre Rouillard, aquí podemos ver la microfotografía de una muestra de roca de la Dama de Elche con las Globigerina que contiene.