20080621

La mantilla

Llamamos mantilla a la pieza de tela que cubre la cabeza. Mª Luisa de la Bandera les llama velos y los clasifica en cortos si llegan a la nuca, semilargos si lo hacen hasta el final de la espalda o las rodillas, y largos si llegan a los pies.
A continuación, sobre la cabeza (ya sea ataviada con peineta o con casquete), se coloca una delgada mantilla (toca, toquilla o velo) que la cubre por completo, ceñida sobre la frente con un remate de cuatro dobles o plisados (lorzas). Están igualmente separados, y posiblemente cogidos por una fíbula en el extremo posterior de la cabeza que quedaría totalmente oculta.
Del plisado de la frente, el pliegue superior, se presenta menos marcado que los restantes, lo que nos sugiere la posibilidad de un pespunte que cose el primer pliegue. Los demás pespuntes estarían ocultos por los pliegues anteriores.
El resto de la tela cubre la superficie de la peineta y cae libremente sobre la espalda. Se trata de un velo corto que llegaría hasta los hombros, posiblemente de forma triangular en cuyo frente recto se forman los pliegues quedando el cabello de la frente totalmente oculto. Algunos autores apuntan la posibilidad de que la tela de la mantilla se prolongue hasta formar la toga “[…] vestido de ligera tela pintada de rojo, tela que asoma sobre la frente por debajo de la tiara […], dobla sobre el pescuezo, resalta en un mellado ó muesca hecha ad hoc en las ruedas, ocúltase debajo de la capa, asoma por el hombro izquierdo y cruzando el pecho de la estátua por debajo del collar y cubriendo parte de la túnica ó camisa interior que viste la figura, piérdese en el costado derecho. Todo este paño es rojo y perfectamente visible en el modelo. […]”.

La misma opinión comparte Rafael Ramos, que incluso lo dibuja (RAMOS, 1992), aunque cambia el color por el azul, como ya hemos dicho con anterioridad. Creemos que esto no era así, sino que se trataba de piezas separadas, como más adelante veremos.
En cuanto al tejido de la mantilla, probablemente fuese de lino, como la túnica, o quizá de lana, para servir de prenda de abrigo.
En la escultura aparecen restos de color rojo lo que nos hace pensar que éste sería su aspecto. Sin embargo, otros autores dicen que estaba pintada de azul sobre una imprimación de color rojo, que es el color que se conserva.

Francisco Vives. "La Dama de Elche en el año 2000. Análisis, tecnológico y artístico". Ed. Tilde. Valencia.