De lado
Cuando se observa la Dama de Elche de lado lo primero que nos llama la atención es el rodete, del que podemos distinguir una pieza central, el umbo crateriforme liso. Alrededor de él se halla la pletina exterior, con aspecto de enrejado radial y concéntrico. En la parte exterior se ven los tríos de cuentas de la pletina frontal. Los rodetes no son completamente circulares, pues les falta un sector triangular de la parte de atrás. Además, una porción de la zona trasera del rodete está oculta.
De la parte superior sale el cordón estabilizador hacia el otro rodete y de la inferior las ínfulas. También asoma la barbilla, que es la única parte del rostro que se ve.
En la parte alta de la cabeza se distingue la cofia, que se reduce en la zona occipital hasta convertirse en una estrecha banda a modo de correa. También se ve la toca o mantilla que aparece por debajo de la cofia formando un pico en la parte más alta y trasera de la cabeza y cubre con pliegues verticales la zona trasera del rodete y la nuca, para terminar introduciéndose bajo el manto. En la cofia y en la toca se distingue una arista inclinada que va del rodete al pico mencionado anteriormente (realmente rodea este lugar y se dirige al otro rodete).
Sobre el pecho se observan los collares.
El resto del cuerpo está cubierto por el manto, del que se aprecian los pliegues a modo de solapa, que al llegar a la nuca se reducen hasta que queda sólo un repliegue o reborde. Otros pliegues se dirigen hacia los brazos, donde desaparecen. En la espalda no hay pliegues, es lisa. Sólo se adivina la zona que ocupa el hueco posterior.
Francisco Vives. "La Dama de Elche en el año 2000. Análisis, tecnológico y artístico". Ed. Tilde. Valencia.
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